Discurso del Embajador Kabutan en el “Seminario de Prevención de la Contaminación Minera Perú-Japón”

2016/3/1


    Permítanme dirigir unas palabras en la inauguración de este “Seminario Perú – Japón de Prevención de la Contaminación  Ambiental  Minera”.
El Japón antiguamente era llamado “Cipango – el país de los techos de oro”.  Es a Cipango (Japón),  al que en el siglo XIII (trece) hace referencia Marco Polo. Particularmente, es en el período Edo, en el siglo 17 (diecisiete) hace unos 400 años . Durante un poco menos de 270 (doscientos setenta) años, cuando los samuráis se desenvolvían activamente, que en el Japón se producían grandes cantidades de oro y plata.  En la primera mitad del siglo 17 (diecisiete), un tercio de la producción mundial de plata, provenía del Japón.  Fue uno de los países mineros líderes a nivel mundial.
 
    La industria de la minería metálica del Japón se desarrolló en la época de la modernización, hace unos 150 (ciento cincuenta) años, y desde el período Meiji en adelante en el país se fue promoviendo el desarrollo minero a nivel nacional.  Los recursos metálicos extraídos trajeron abundantes riquezas al Japón, y se convirtieron en fondos para financiar el avance de la modernización. Aún en la actualidad es famosa la mina de oro de Hishikari, en la prefectura de Kagoshima, una mina de oro con altísima ley; sin embargo actualmente el volumen de producción de minerales en el Perú, tales como oro, plata, cobre, entre otros, es muy grande, y el Japón se ha convertido en un importador de los minerales procedentes del Perú. Por ello, es mucho más apropiado que “Cipango” se llame al Perú en lugar del Japón.
 
    El desarrollo y la explotación de las minas, aporta beneficios a las empresas y a la región. Sin embargo, también pueden dar lugar a la contaminación minera.  La contaminación minera tiene aspectos diferentes a la contaminación ambiental causada por otras industrias.  Las minas después que han quedado cerradas o abandonadas, pueden producir contaminación del agua y dejar residuos peligrosos, causando efectos adversos de larga duración al ambiente.

    La historia nos enseña que los grandes daños surgidos en las minas se han prolongado por muchos años, como es el caso conocido en el Japón de la contaminación de la Mina de Cobre de Ashio, en el que después de 100 (cien) años finalmente se llegó a una reconciliación con las familias de las víctimas, o el caso de la contaminación minera de cadmio que produjo múltiples casos de la enfermedad crónica llamada “itai-itai”. (Es decir “ay – ay”)
 
    En diversas regiones del Japón se encuentran 5000 (cinco mil) minas cerradas, de las cuales aproximadamente el diez por ciento requiere hasta hoy en día medidas de prevención de contaminación minera.  En cuanto a las minas que han quedado abandonadas por el hecho de que se deshizo la empresa a cargo u otras razones, las comunidades locales realizan los proyectos de prevención de la contaminación minera.  Por esta razón, el Japón dispone de la última tecnología de prevención  de la contaminación ambiental minera.
 
    Actualmente,  está reconocido públicamente que el Japón es un país que lleva la delantera en cuanto a las medidas para hacer frente a la contaminación ambiental en el mundo.  Sin embargo, para haber llegado a esta posición,  se ha dejado atrás una gran cantidad de daños y un pasado de sufrimientos para muchas personas.  Es mi deseo que ustedes puedan conocer las experiencias del Japón, y que puedan sacar provecho de la alta tecnología que posee, la cual les ofrece las herramientas para un exitoso trabajo en la prevención de la contaminación minera en el Perú.
 
Muchas gracias.